Buenos días,
Os presento la propuesta final que he realizado para adaptar la revista al medio digital. Lo más importante en todo momento ha sido plantear un diseño que sea reconocible en cualquiera de los canales.
He decidido trasladar la revista a una web responsive, que se adapte a las pantallas de diferentes dispositivos. Para estructurar el contenido se ha utilizado una retícula de ocho columnas. La cabecera es muy sencilla, solo incluye el logo e iconos de búsqueda y menú. En el footer he añadido links a información de interés, un formulario para apuntarse a la newsletter y links a las redes sociales. En la portada se ha dado prioridad a destacar el número actual de la revista, a explicar la filosofía de la revista y a llamar a la acción con un apartado de suscripción. Además, se ha incluido un apartado de tienda para facilitar la compra de la revista a las personas interesadas. El sumario se ha adaptado incluyendo un breve resumen de ese número y creando una galería de historias destacadas, donde priorizan las imágenes. Por último, el artículo se ha creado en una sola columna estrecha, intercalando el texto con fotografías y con mucho espacio en blanco a los lados. Al final se ha añadido un apartado de historias relacionadas para animar a que el lector permanezca en la web.
En cuanto al díptico, se ha decidido realizar una newsletter, ya que es un medio muy eficaz para captar nuevos lectores. El objetivo de este diseño es dar a conocer la filosofía de la revista y animar a la suscripción de la edición impresa. El tamaño escogido ha sido 600×900 px, un tamaño estándar en este tipo de formatos, y una retícula de cuatro columnas.
El objetivo de ambos diseños es mantener la continuidad de la propuesta anterior, para ello hemos generado un producto sencillo, que proporcione un contenido de interés y que genere una experiencia agradable al lector. Hemos prestado mucha atención en conseguir una coherencia estética, haciendo uso del mismo estilo minimalista, la misma gama cromática y las mismas tipografías.
Muchas gracias,
Maider Roman